INSTITUTO CULTURAL DE LEÓN

Artcesible 2. Visibilidad, arte y consumo

Este ensayo tiene como objetivo la comprensión del panorama actual de los artistas visuales en cuanto a la visibilidad de su obra, cómo logran emprender con sus creaciones y su razón de hacerlo así como los factores clave para ver el arte y la mercancía como dos cosas diferentes o una sola.
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Jorge Uriel Esqueda Becerra
México es un espacio de una gran riqueza artística y cultural, León Guanajuato para nada es la excepción ya que estamos presenciando el impacto de una ola artística contemporánea gigante que contiene recintos y un gran número de artistas emergentes con diversas propuestas muy interesantes. La mayoría de estos artistas visuales son adultos jóvenes que buscan destacar y salir adelante e incluso iniciar el tan inquietante camino para vivir de su obra; en la actualidad, las formas de tener presencia como artista se han multiplicado y entre ellas está el emprender.

El arte siempre ha sido un medio comunicativo, se busca expresar un mensaje o una idea y el apartado económico siempre se ha mantenido como una constante, el artista es un profesional con un público consumidor. En la actualidad esta relación entre el artista, su obra y el consumidor ha evolucionado de una forma muy interesante y pertinente de estudiar; esta evolución ha cambiado la forma de hacer arte, los objetivos de los artistas y sus intenciones con sus obras, así como los medios de adquisición de obras y los intereses de los consumidores.

Este ensayo tiene como objetivo la comprensión del panorama actual de los artistas visuales en cuanto a la visibilidad de su obra, cómo logran emprender con sus creaciones y su razón de hacerlo así como los factores clave para ver el arte y la mercancía como dos cosas diferentes o una sola. Se pretende generar discusión al respecto para lograr concluir con un análisis integral sobre la creciente tendencia de convertir al arte en mercancía y su relación con la consideración hacia el arte y el crecimiento de los artistas.

La visibilidad del artista

Un artista genera obras a partir de su perspectiva del mundo, buscando expresar un mensaje, una idea, un sentimiento, etc. Siempre a través del uso de elementos connotativos o denotativos dependiendo de su intención. Si bien inicia de manera personal este camino, la visión del artista va evolucionando ya que se comparte con otras personas que radican en los mismos contextos; la idea que se busca expresar en la obra se expresa a través de códigos estéticos ya sea afectivos o lógicos que conectan con el espectador y le brindan una perspectiva subjetiva del mensaje expresado ya que a pesar de que se comparta un contexto, la perspectiva de la realidad del espectador sigue siendo diferente pero crucial para el crecimiento del artista y su sustento.

Los consumidores del arte le brindan al artista una perspectiva única de sus propias obras, una oportunidad de explorar conceptos alternos y desconocidos así como las casualidades de tener más visibilidad y que su mensaje llegue a más personas. La visibilidad para los artistas visuales es crucial para crecer y buscar la sostenibilidad, tradicionalmente esta visibilidad se generaba vendiendo obras a personas de círculos populares, esto evolucionó a la exposición en galerías y la participación en escuelas de prestigio o con maestros reconocidos, hoy en día existen diversos medios de exhibición tanto privados como públicos e incluso individuales.

En León Guanajuato existen múltiples recintos tanto privados como públicos donde se exponen obras de artistas locales, no obstante, y esto se podría aplicar a todos los recintos culturales, la visibilidad presencial se ha visto interrumpida y poco frecuentada debido a los ritmos de vida de las personas en la ciudad y las posibilidades de los mismos recintos.

En el pasado ser artista visual no era considerado como un hobbie o una profesión alterna, era un trabajo de tiempo completo que era visto como parte esencial de la sociedad; a partir de la revolución industrial el papel del artista se vió opacado por el enfoque capitalista de la producción masiva y el consumo descontrolado. Por la naturaleza del artista de ser un prestador de servicios, la esencia de la venta de su obra ha permanecido en la actualidad, sin embargo en una sociedad que se encuentra en el capitalismo tardío, es complicado lograr subsistir con el esfuerzo de vender arte. “Hay un gran desconocimiento de lo que implica ser trabajador del arte. Por ejemplo, 80% tiene un segundo empleo, del que provienen sus principales recursos y acaso la seguridad social”. (Piedras, 2019).

En el presente ser artista visual de tiempo completo se puede considerar como un privilegio, aquellos que tienen el tiempo para empujar su proyecto hasta volverlo sostenible son comparados con los que básicamente tienen una segunda vida, ya sea estudiando, desarrollando otros proyectos o laborando para poder subsistir en el día a día. “Los trabajadores del arte son el doble de productivos que el promedio nacional, pero ellos no ven de vuelta esa riqueza”. (Piedras, 2019).

Antes las limitantes existentes para algunos artistas visuales, han surgido alternativas que les permiten generar una visibilidad y que los empuja a un entorno más personalizado de manera autónoma, una de esas alternativas es el mundo digital; del mundo digital podemos enlistar una gran cantidad de páginas para expresar, publicar y vender obras pero sin duda una de las más populares es Instagram. Instagram nació como una red social enfocada en la publicación de fotografías y la configuración de los perfiles como galerías, estas características las aprovechó la comunidad y ahora en instagram podemos encontrar diversos entornos y uno de ellos es el espacio de las artes visuales. Los artistas pueden publicar su obra de manera irregular o con motivo de proyectos en particular y pueden obtener visibilidad sin la necesidad de la gestión de un espacio, a partir de esta visibilidad pueden empezar a comercializar su obra en diversos formatos y generar catálogos virtuales.

Del arte a mercancía

Con el paso del tiempo las personas ya no solo consumen arte de la manera tradicional, que consistía en adquirir piezas directamente del artista o a través de galerías; la economía actual y la concepción del artista en nuestra sociedad han vuelto el obtener arte como un privilegio aunque la intención de consumir arte se mantiene. Hoy en día los medios donde la población adquiere más arte podrían resumirse en tres que son la música, el cine y el arte presente en mercancía; el área de las artes visuales la podemos encontrar muy presente en este medio y es así como los artistas emergentes han logrado generar una audiencia no solo espectadora pero también consumidora de su obra en formatos más comerciales.

Comprar una pieza original valorada en alrededor de diez mil pesos resulta menos posible que adquirir una reimpresión de esa misma obra por un monto más accesible para la gran mayoría de los consumidores actuales, en adición, las reimpresiones le dan una versatilidad muy interesante a la obra ya que no solo se puede ofrecer en formato de papel o lienzo, se puede imprimir en stickers, pines, tote bags ampliando los rangos de accesibilidad de la obra. También al contribuir con la adquisición de obra bajo este formato se puede contrarrestar el consumo excesivo de reimpresiones de obras populares que en la actualidad esas reimpresiones ya no se consideran arte y se vuelven viles elementos decorativos.

El artista como emprendedor

Emprender es tener la iniciativa de llevar a la práctica una idea de negocio, es decir, crear una empresa y llevar a cabo la producción del bien o prestación del servicio, sin que esto quede en una mera intención.

Carazo, 2019.

Los artistas visuales ante la realidad presente deciden emprender con su obra, generar mercancía y ofrecer comisiones; en este punto es cuando la definición del arte comienza a variar pues dependiendo del artista, puede vender sus obras reimpresas o añadir otro tipo de obras que sean directamente para vender como mercancía.

A la hora de crear siempre se pretende expresar un mensaje o una idea; con el arte para mercancía depende completamente del artista si su mensaje, proyecto o ideas se mantienen en ese esquema o crea productos meramente para el consumo del público que adquiere su obra comercial porque le resulta familiar o llamativa por los temas que expresa o/y su técnica. A partir de esta división se genera la interrogante de si el arte para mercancía sigue siendo arte, el arte posee muchos ángulos e intersecciones que vuelve complicado el poder definir esto sin embargo es importante que cada artista sea consciente de lo que crea y de lo que vende para poder tener una mayor claridad al respecto, desde épocas antiguas el arte no solamente se ha valorado por sus mensajes o intenciones, principalmente inició como un medio de comunicación que se transformó en un medio de documentación que ahora llega a ser un medio de expresión pero dentro de esos ámbitos desde que se usó para documentar, la admiración por las técnicas, procesos y estilos ha permanecido y es por eso que hoy en día existe una afinidad por el comisionar arte; aunque adquirir obra original sigue siendo frecuente.

Si bien el comprar mercancía de un artista no es la única forma de apoyar, en el esquema social en el que vivimos ese intercambio comercial le brinda mucho valor al artista; para el desarrollo de este ensayo se buscaron testimonios y opiniones dentro de la comunidad de arte de León y se tuvo el privilegio de obtener respuesta por parte del museógrafo Jesús Adame. Él comenta que la mejor manera de consumir arte es asistir a obras y exposiciones para eventualmente adquirir una obra; Adame explica que para comprar una obra es importante no pensar en el apoyo al artista sino que realmente sea un producto del agrado del comprador o que le interese como la inversión en un posible activo si se le ve potencial. “Una de las mejores maneras de consumir arte es acercarse a las escuelas de arte o exposiciones de artistas emergentes y tener contacto directo con ellos”. (Adame, 2023).

El contacto con el artista siempre es crucial, sin embargo los diferentes medios de acercamiento pueden generar desconfianza si no existe un intermediario como en el caso de las galerías, es por eso que espacios como Instagram resultan confiables tanto para los consumidores como para los artistas pues se vuelve un formato de venta seguro y directo que permite un acercamiento al artista y a su obra todo en un solo espacio. Sobre el uso de Instagram por los artistas (Adame, 2024) comenta: “ayuda mucho, ya que es un escaparate para acceder al arte y a artistas que por diferentes circunstancias antes era difícil conocer y ahora están a un clic”.

Si bien los espacios virtuales son muy útiles en la contemporaneidad, es imposible prescindir de los espacios físicos ya que también nuevas propuestas de recintos han nacido para los artistas. Las galerías siempre han sido los espacios por excelencia para la presentación de obras y proyectos, sin embargo con el paso del tiempo han evolucionado por los mismos integrantes de la comunidad de artistas visuales. En un principio las galerías eran únicas de personas privilegiadas y de museos, en la actualidad los artistas se han apropiado de las galerías y las han convertido en recintos o puntos de encuentro para la comunidad, buscando la sostenibilidad de dichos espacios con exposiciones individuales y colectivas así como la oferta académica; hablando de la oferta académica, otros espacios que siempre han buscado la visibilidad de sus miembros son las escuelas y academias que en la actualidad buscan que todos sus alumnos se den a conocer mediante retos propuestos por las mismas escuelas, un ejemplo son las convocatorias realizadas por la Escuela de Artes Visuales Antonio Segoviano. (Adame, 2024) emite este comentario sobre las galerías, sin embargo se puede acoplar a los diversos espacios de exposición de artes visuales: “Son fundamentales, ya que son los espacios es los que se pueden dar a conocer, pero es importante la calidad del espacio y de los artistas que exponen, son una dupla”.

Ante esta ola de la generación de espacios alternos surgieron los bazares donde la comunidad no artista podía dar a conocer sus trabajos, artesanías y productos, no obstante los artistas visuales forman gran parte de los que exponen en estos espacios. Iniciaron como una idea muy positiva para generar un punto de comercio sin embargo se han vuelto cada vez más frecuentes y más complicados debido a las condiciones para ser expositor y es tanta la diversificación de oferta por los expositores que entra un público objetivo muy desinteresado o de nicho, complicando el proceso de comerciar arte.

Para lograr ofertar sus productos, los artistas visuales no solo deben tomar en cuenta los recursos otorgados a las piezas, también deben considerar los recursos utilizados para hacer llegar la mercancía a su público y se esfuerzan en visualizar el valor que el consumidor le brindará a su trabajo. Así mismo deben trabajar para generar obras que se logren adaptar a su consumidor y sus intereses, así como los espacios donde van a comercializar sus productos, esta exigencia de productividad puede afectar a los artistas en la forma de comunicar su arte, el dejar de aprender por seguir produciendo con las técnicas que les resultan fácil y enfocarse en la cantidad y no en la razón.

Conclusiones

El estado socioeconómico actual del entorno sin duda es nada prometedor, es un espacio donde existen muchos retos y amenazas que pueden comprometer los medios de subsistencia lo que empuja a los creadores a monetizar todo, incluso sus pasiones. No hay nada negativo en buscar vender obra, al contrario, sin embargo los artistas poseen una responsabilidad enorme para vender productos de calidad, con técnicas y procesos innovadores así como motivos que contribuyan a nuestra cultura popular, esa es la mejor manera de hacer arte comercial; y es aún más importante no dejar de producir obras originales por querer ser productivos como emprendedores, es importante encontrar un balance, seguir con la iniciativa de aprender y buscar nuevos referentes dentro de la comunidad de artistas. Un artista que solo consume su propio arte se estanca en su ego y se pierde.

Los consumidores también deben ver el arte como un medio para reflexionar y de representación de identidad y no solo como decorativo. Consumir arte no es solo comprar y no es solo visitar galerías, es reflexionar, cuestionar y generar ideas; compartir y al final relacionarse con expresiones que compartan sus formas de pensar o que los hayan renovado para poder impactar a otros consumidores.

Emprender como artista es un gran reto, implica el cambiar la configuración de producción artística así como definirse completamente por motivos, ideas y mensajes ante una audiencia con expectativas. Un artista emprendedor debe buscar estrategias sin perderse en lo comercial para lograr contribuir a generar un mercado más culto y ser un artista más íntegro.

Artcesible 2 es la continuación del nacimiento de una interrogante sobre el arte y sus motivos comerciales, a través de este ensayo y previo a este se logró obtener una perspectiva más amplia de cómo funciona el mercado del arte y los diversos niveles que existen. Sin duda fue una investigación ciertamente inicial que requiere de una mayor documentación para obtener información más clara y opiniones más diversas, sin embargo resulta un excelente tópico para colocar este tópico debajo del foco de la comunidad de artistas visuales a quienes les debe resultar interesante y cuestionante.

Jorge Uriel Esqueda Becerra Jorge Uriel Esqueda Becerra

Alumno de la Escuela de Artes Visuales Antonio Segoviano, ESAV, y tercer lugar del Primer Concurso de Ensayo Académico sobre Artes Visuales Juan García Ponce.