Escuchar música mientras cocino me hace mover los pies y el bote swingeando macizo cuando entran por la puerta grande las grandes orquestas del jazz latino y llega el Manicero desde Cuba. Camino por la cocina llevando y trayendo cacharros de la despensa hasta la estufa cadereando a gusto mientras “llueve café en el campo” y me inspiro con el mambo sabroso Rum & Cocacola de Xavier Cugat, o el maravilloso Mambo jambo del monumental Pérez Prado… sigo brincando poquito al ritmo italiano de la papa col Pomodoro, o de plano sacudiendo mucho la cabeza con el tutti frutti de Little Richard.
Tomo aire con Los Archies mientras espolvoreo las galletitas con sugar, sugar o sugar and spice y me las como toda ultra grooby con I,m a Tangerine (Tommy James & shondells), pues como Nina (Simone, obvio) todos queremos un poco de azúcar en nuestro tazón…
Puedo seguir cocinando suave (Ray Barreto) toda la tarde si destapo una cervecita con el calipso de coconut Water (Robert Mitchum) o con un buen tequila (The champs) y su poquito de limón y sal (Julieta Venegas), un traguito de esos one scotch, one bourbon, one beer (Amos Milburn), un pinot noir como el de Eugenio Toussaint o unas gotitas de mezcalito con Lila Downs.
Picoteo, pruebo, sueño y como, pues yo me rehúso a pasar el día contando las mil calorías como Martirio que no se preocupa por nada ya que finalmente, habrá siete modos de guisar las berenjenas al decir de María Salgado.
Pink Martini me regala el optimista vaivén del hang on Little tomato mientras voy montando tranquilamente una lasaña entre picadillo a la boloñesa y salsa bechamel de queso parmesano.
Cierro los ojos cuando escucho Watermelon man con Mongo Santamaría o mejor aún: Papayas (de Chicarica) y sueño con un agua fresca que tengo que hacer inmediatamente, antes de que se termine la canción y los ecos de la playa se pierdan por ahí sin que me dejen una sonrisa de sandía que me dure todo el día (Javier fuentes).
Jazz tranquilo y bonito me acompaña mientras se hornean pumpkin pie (Josh Lawrence), panes, pasteles, bizcochos, costillas, pavos, truchas con tocino, rosados salmones. Más jazzecito cuando mezclo verduras, hojas, frutas secas y frescas con quesos de cabra o azules, miel, mostaza o sencillos aceite de oliva y limón, pues la cocina es armonía y contrapunto, ritmo y soltura como en Cardamomo (Javier Colina), ¡Azúcar! (Héctor Infanzón Quartet) Too many cooks (Portico quartet), Home cooking (Hilton Ruiz), Come on my kitchen (Robert Johnson o Eric Clapton).
Yo cocino de todo, como de todo y oigo de todo, bueno, casi… pero mi mero mole es la cocina mexicana, y si he de ponerme mística y fervorosa, actitud sin la cual sería imposible hacer el bendito mole de Oaxaca, debo serenar mi alma e invocar a Lila Downs para que me cante la Cumbia del mole que me llena de esperanza y de amor por la tierra:
La cumbia del mole
Cuentan que en Oaxaca se toma el mezcal con café
Cuentan que en Oaxaca se toma el mezcal con café
Dicen que la hierba le cura la mala fe
Dicen que la hierba le cura la mala fe
A mí me gusta el mole que Soledad me va a moler
A mí me gusta el mole que Soledad me va a moler
Mi querida Soledad
Me va a guisar un molito
Por el cielo de Monte Albán
De noche sueño contigo
Mi querida Soledad
Me va a guisar un molito
Por el cielo de Monte Albán
De noche sueño contigo
Se muele con cacahuate
Se muele también el pan
Se muele la almendra seca
Se muele el chile y
También la sal
Se muele ese chocolate
Se muele la canela
Se muele pimienta y clavo
Se muele la molendera
Cuentan que en Oaxaca con agua es el chocolate
Cuentan que en Oaxaca con agua es el chocolate
Dicen que en la fiesta torito se ha de quemar
Dicen que en la fiesta torito se ha de quemar
Para el que haga su manda por la pasión de Soledad
Para el que haga su manda por la pasión de Soledad
Mi querida Soledad
Me va a guisar un molito
Por el cielo de Monte Albán
De noche sueño contigo
Mi querida Soledad
Me va a guisar un molito
Por el cielo de Monte Albán
De noche sueño contigo
Terminemos de cocinar escuchando la feliz canción de Cab Calloway & his orchestra cuando lleguen nuestros invitados al son de Everybody eats when they come to my House, que sean bienvenidos todos, comamos y cantemos, aunque locos de la mesa nos levantemos.