Agárrense a la nostalgia, desempolven los recuerdos de una infancia lejana y despierten a su niño interior porque vamos a recorrer esas caricaturas que culturalmente hoy siguen siendo parte de nuestra vida.
Bien podríamos decir que Disney y Mickey Mouse encabezan este legado, iniciaron y siguen siendo predominantes, aunque su dominio tiene que ver más con la industria de la animación y su monopolio hoy reinante en la producción cinematográfica y en el streaming. En este viaje a la memoria, quisiera recordar los programas y personajes que nos acompañaron en lo doméstico, en el hogar, después de la comida, al salir de la primaria, antes de dormir; rutinas televisivas que se nos clavaron en la mente y construyeron una parte de lo que hoy somos como sociedad.
Los Looney Tunes fueron creados en 1930, el primero fue Porky en 1933, un par de años después Tex Avery creó a Bugs Bunny y al Pato Lucas; los Looney Tunes eran estridentes, ruidosos, su humor calaba: golpes, bromas, risas, la energía era contagiosa y el carisma de sus personajes principales los conviritieron en referentes culturales, tanto así que hoy siguen vigentes, los vemos en películas, en la ropa, la contracultura incluso les ha dado espacio, todos reconocemos al Piolín cholo y al Taz con pantalones tumbados.
Y aunque hoy es parte de Warner, en 1969 Scooby Doo fue creado por la fructífera dupla de William Hanna y Joseph Barbera. Las aventuras de The Mystery Machine fueron una caricatura adelantada a su época y es que, hasta finales de los 70, fue que el género del Slasher comenzó a popularizarse en el cine, mientras que Shaggy y compañía ya desenmascaraban monstruos y asesinos. Esta mezcla entre acertijos y jóvenes aventureros en peligro se convirtió en un producto para niños y adultos que hoy siguen disfrutando de sus aventuras.
Otra de las joyas indelebles del binomio Hanna-Barbera fue Tom y Jerry, que desde 1940 son el ejemplo perfecto de la comedia muda, ni un diálogo necesitaron para reventar a carcajadas a más de una generación de televidentes. El humor de impacto y el ‘malo’ torpe y carismático fueron ingredientes que convirtieron a Tom y a Jerry en personajes inmortales.
Recordemos el último gran trofeo de Hanna-Barbera en esta lista: Los Picapiedra; además de muy divertidos, lograron satirizar a la sociedad de una manera muy original. Con apenas 166 episodios emitidos de 1960 a 1967, Pedro Picapiedra y todos sus acompañantes lograron reflejar a la clase media estadounidense de mediados del siglo xx, por supuesto que esta genialidad anclada en la prehistoria sigue siendo un icono cultural en nuestros días.
Dejando atrás a la Warner y Hanna-Barbera, Fox, en 1989, nos dio uno de los shows animados más influyentes de la historia. Treinta y tres años después, The Simpsons, creados por Matt Groening, siguen emitiendo capítulos. La familia amarilla ha reflejado durante décadas el sentir de todo el mundo occidental con un tono ácido y un humor negro muy auténtico. Sus personajes hoy son apodos, sus chistes son dichos populares, bien dicen que no es bueno confiar en alguien que no entiende una referencia de Los Simpson. Su legado ha sido tan trascendente que la expresión “D’oh” fue incluida en el Oxford English Dictionary.
Las siguientes dos caricaturas no son tan generalizadas como las anteriores e incluso son bastante debatibles, pero su influencia es innegable.
Dragon Ball es el anime más visto y revisionado en occidente, emitido por primera vez en 1986, este universo creado por Akira Toriyama sigue produciendo contenido. Goku y sus mil y un intentos por salvar el universo nos han acompañado desde la infancia; los niños que hoy son padres enseñan a sus hijos el Kame Kame Ha y la Henki Dama, traspasando esa emoción que en la infancia tuvieron.
En esta última mención, quisiera abordar no solo a Bob Esponja, sino a toda la camada de Nicktoons que aparecieron en los primeros años del nuevo siglo: Hey Arnold, ¡Ah! Monstruos de verdad, Rugrats, Los Castores Cascarrabias, Rocket Power y muchos más que engrosaban la cartelera televisiva. Destaco a la esponja amarilla ya que su presencia sigue hasta el día de hoy, su caducidad sigue vigente, no solo con películas, juguetes o artículos coleccionables, sino siendo inspiración para colecciones de moda o para canciones como el caso de Agua de J Balvin.
Claro que la lista tiene una tendencia y jamás estará completa. Las Chicas Superpoderosas, Alvin y las Ardillas, Garfield, Dexter, Vaca y Pollito, Catdog, Los Padrinos Mágicos, Los Caballeros del Zodiaco, He-Man, Batman, Birdman, Heidi, más reciente, Rick y Morty, Hora de Aventura, Un show más, BoJack Horseman, un sinfín de animaciones que se salen de la pantalla y se inmiscuyen en la vida cotidiana de cada uno de sus espectadores.
Todas estas historias de humor directo y mensajes digeribles se han vuelto parte de nuestro vocabulario y nuestra personalidad, se convirtieron en parte de nuestra educación y formación, porque las caricaturas no son solo para niños, las buenas caricaturas son para toda la vida.