INSTITUTO CULTURAL DE LEÓN

Generación de contenido con inteligencia artificial

Alu García nos habla sobre el dilema del arte y la IA, y su camino junto a ella.
/assets/images/placeholder.png
Alejandra, Alu, García
La aparición de las nuevas herramientas de inteligencia artificial han venido a transformar la manera en que vemos el mundo, las posibilidades creativas y artísticas y, por lo tanto, la forma en que se genera contenido. La incorporación de estos recursos ha provocado debates, preguntas y nuevos planteamientos éticos, además de tener un impacto en la percepción de quien se encuentre generando algo con IA, incluyendo creadores y artistas.

La inteligencia artificial funciona a través de redes neuronales artificiales que imitan la forma en que funciona el cerebro humano, pero carecen de ciertas características que poseemos los humanos y que son fundamentales para el trabajo creativo y artístico, aunque hay otras que sí compartimos, como la capacidad de recabar datos, de almacenar y procesar información. 

La IA puede analizar datos rápidamente con base en algoritmos; los humanos pasamos procesos distintos para analizar información, podemos ser más lentos y, a veces, menos precisos, pero esto no significa que la IA no tenga errores, aunque sí, la mayoría de las veces es más veloz y exacta. Por otro lado, nosotros poseemos características insustituibles por una máquina: alma, humanidad y creatividad.  

Pero, ¿se está haciendo arte con inteligencia artificial? La respuesta está en la pregunta... se hace arte “con” la IA como herramienta. Esto no significa que por sí sola genere arte, se necesita de un creativo detrás de la elaboración de la pieza. 

Dentro de mis quehaceres como comunicóloga, creadora de contenido y docente de universidad, la respuesta que puedo dar después de meses de generar imágenes con IA, además de videos y textos, es que todas estas “novedades” no son más que una herramienta y nosotros decidiremos el fin para el que las utilizaremos. 

De igual manera, hay personas que afirman que no se puede hacer arte con ella. Sin embargo, las etimologías de las palabras arte y tecnología están más unidas de lo que muchos piensan. De acuerdo con la RAE, la palabra arte proviene del latín ars que significa habilidad o destreza. En su origen, se refería a la capacidad humana de realizar actividades creativas y estéticas. El arte se relaciona con la expresión de la belleza, la comunicación de ideas y emociones, y la creación de obras que reflejan una visión personal o transmitan un mensaje.

Por otro lado, la palabra tecnología tiene su origen en el griego tekhnē que significa arte o habilidad y logía que significa estudio o conocimiento. La tecnología se refiere al conjunto de conocimientos técnicos, habilidades y procesos utilizados para diseñar, crear, mantener y mejorar productos, sistemas y servicios. Implica la aplicación práctica de la ciencia y la ingeniería para resolver problemas y satisfacer necesidades humanas.

El arte y la tecnología no son contrarias y este no sería el primer momento en la historia en que se hace arte de la mano de alguna herramienta tecnológica. Podría poner un sinfín de ejemplos, uno de los más claros se encuentra en el cine. ¿Cómo se graban y editan las películas, qué hay de todos los VFX (efectos especiales)? Y no vayamos tan lejos, ¿qué hay de la pintura? Los pinceles son tecnología, pero ya no los reconocemos como tal, se ha vuelto algo cotidiano y normal, lo vemos como una herramienta más y para mí eso es la IA en el campo creativo, una herramienta más.

En los siete años que llevo dedicándome a la industria audiovisual no había visto algo igual a esto, estamos viviendo un momento histórico. La primera vez que encontré algo generado con IA fue una imagen de un orangután sumergido en agua. Sabía que algo no estaba bien, se veía muy real, pero no lo era. Entré al perfil del creador (@abraham.esli) y me di cuenta de que todo su feed estaba alimentado con imágenes generadas en plataformas de IA, en ese momento entendí que algo nuevo estaba ocurriendo, que yo no era parte aún y que si no lo aprendía pronto el tren se iba a ir sin mí. 

Si bien la inteligencia artificial se alimenta de la información que está en la web, utilizando como referencia a algunos artistas indexados en las plataformas, también existe la opción de realizar creaciones completamente originales. En imagen, por ejemplo, puedes subir una foto que tú tomaste o una pintura que realizaste (y muchas otras cosas) y a partir de ahí generar un video animado, darle movimiento o hacer una imagen a partir de tu foto pero que tenga otro estilo, paleta de color e incluso realizar modificaciones. Referente a lo anterior, se menciona que la gente que genera contenido con inteligencia artificial, sea del tipo que sea, está basándose en el trabajo de otras personas o trabajando sobre la obra de otra gente a través de estas herramientas, pero me gustaría lanzar una pregunta que me he estado haciendo: ¿qué no se hace eso ya en la vida real?

Todas nuestras referencias e inspiraciones no salen de la nada, pertenecen a nuestro registro mental, los artistas se inspiran en el mundo para hacer arte y la IA se inspira en el mundo en el que vivimos y hemos creado para generar contenido. Hay que tener claro algo más, una cosa es inspirarse y otra es plagiar. Y eso también ocurre en el mundo real. Todavía es notable la resistencia ante estas nuevas herramientas y es normal sentir miedo y emoción, juntos o separados. Estamos atravesando por un valle inquietante constantemente. Todo cambia cada semana, las posibilidades para llevar a cabo cosas que antes eran en extremo complejas aumentan y nos sorprenden con cada actualización. Si yo, como comunicóloga y creadora de contenido, decidiera no ser parte de esta nueva ola, quedaría desactualizada en un parpadeo, principalmente por la abrumante velocidad a la que están avanzando estas invenciones. 

Hace apenas 6 meses comencé a generar imágenes con inteligencia artificial en Midjourney. Las personas salían con ocho dedos, dientes deformes, caras raras, muchos errores visualmente evidentes. En aquel entonces me encontraba en la versión 4, que acababa de abrirse al público. En este momento nos encontramos ya en la versión 5.1, no hay manos deformes, ni caras raras, ni escenarios sospechosamente mal hechos. Con lo que se puede generar a estas alturas, las imágenes podrían pasar por fotos reales. 

Cuando surgió la fotografía, se pensaba que los pintores se iban a quedar sin trabajo, porque ahora las imágenes estaban al alcance de un clic. Cuando se inventaron las cámaras de video, sólo grababan obras de teatro, no existía un lenguaje audiovisual y cinematográfico. Ese es el punto en el que nos encontramos con la IA aplicada a la creación de contenido y arte, nos da miedo usarla por pensar que nos va a sustituir, cuando en realidad a través de ella podemos generar cosas nunca antes vistas. Existen artistas que hacen arte con ella, exposiciones, incluso festivales de cine para generadores de video con estas herramientas (yo misma he generado videos de esta forma), el problema es que no está normalizado y en el imaginario social general se piensa que no existe. 

En mi camino como generadora de contenido con IA he encontrado una comunidad gigantesca de gente que está haciendo lo mismo que yo. Compartimos, nos pasamos consejos, platicamos los descubrimientos, nos enseñamos a hacer cosas nuevas. Para mí esta herramienta ha sido un impulso a mi creatividad, un ejercicio que realizo todos los días en donde puedo crear lo que yo quiera, como yo quiera, cuando yo quiera, acompañada de gente que tiene todo el interés de ayudar y compartir.

He generado a través de Midjourney moodboards para videos y sesiones, he hecho pruebas de luz y vestuario con tan sólo un diseño correcto de prompt, armo una escena para enseñársela a cualquier director de foto y que me entienda mejor qué es lo que me estoy imaginando y cuál es la esencia que quiero transmitir. Sin embargo, lo que más hago son imágenes por mera recreación, procuro tener una historia y generar una serie para contar lo que tengo en la mente.

Este camino ha sido de introspección y me ayudó a destrabar mi creatividad en un momento en el que me sentía completamente gris. Esto me ha llevado también a otros lugares, he aprendido a aprovechar la herramienta para hacer más eficiente mi flujo de trabajo, por ejemplo, pero esa no fue la razón principal por la que empecé, ni es la razón principal por la que he continuado. Ahora la generación de imágenes es parte de mi vida, de mi día a día. Está bien si quieres tener likes y ganar dinero, pero primero lo primero: aprende y experimenta.

El futuro podrá parecer indefinido e incierto, pero la inteligencia artificial llegó para quedarse. Si estamos esperando que se detenga no va a pasar, lo único que hará es avanzar a pasos agigantados y es mejor empezar a aprender y familiarizarse ahora. Los invito a probar, a crear, aunque sea solo por curiosidad. Las herramientas están aquí para nosotros, y nosotros somos los únicos responsables del uso que les demos. Tratemos de hacer lo mejor que podemos con lo que tenemos, recordando que la IA no trabaja por sí sola, se necesita de un creativo para poder crear algo.

Alejandra, Alu, García Alejandra, Alu, García

Se tituló en Ciencias de la Comunicación y estudió música en diferentes escuelas, entre ellas la Escuela de Música de León, donde aprendió a tocar la guitarra clásica y el piano. Actualmente es docente en la Universidad La Salle Bajío y trabaja con IA. IG: @alugarcia_cm