De esta cálida tierra han brotado nombres indelebles en la historia del país, artistas que, gracias a su pasión y el talento impreso en su obra, han dejado marcas permanentes en la cultura mexicana.
Poetas, cuentistas, compositores, pintores, dramaturgos, cineastas, personajes que han representado orgullosamente a Guanajuato en México y el mundo. A ellos y ellas dedicamos este texto, reconociendo su obra y un legado que los transformó en referentes imprescindibles del arte y la cultura.
Obviando las menciones obligadas como José Alfredo Jiménez o Diego Rivera, cuya trayectoria e historia son ampliamente conocidas, la siguiente lista reúne a seis personajes que, si bien son reconocidos, en ocasiones pasa de largo la importancia de su trayectoria, y es por eso que creemos necesario brindarles estos renglones a los porqués de su valor.
Jorge Ibargüengoitia (1928-1983)
Nacido en la capital del estado en enero de 1928, Jorge Ibargüengoitia se ha convertido en un escritor revalorado con el tiempo. Autor de textos que añejaron de maravilla y que actualmente despiertan interés, casi de culto, en lectores, estudiosos y críticos de la novela latinoamericana.
Ágil narrador y crítico sagaz, Ibargüengoitia colocó su obra dentro del sistema y de la sociedad a la que irónicamente retrata, dotando sus textos de profundas reflexiones sociales desde el cinismo y la picardía de apariencia banal.
El humor cáustico y la potente narrativa del guanajuatense fueron interrumpidos trágicamente tras un fatídico accidente de avión en el que también fallecieron el novelista peruano Manuel Scorza, los críticos Ángel Rama y Marta Traba, así como la pianista Rosa Sabater.
Aunque es imposible saberlo a ciencia cierta, pareciera que su legado quedó trunco; dejó la sensación de una magnífica promesa incumplida y la posibilidad de ser reconocido como uno de los autores más importantes en la historia de la literatura latinoamericana. Aún con esa abrupta culminación, obras como Estas ruinas que ves, Las muertas o los cuentos de La Ley de Herodes quedan de testigo de una pluma prodigiosa y de una astucia única.
Flor Silvestre (1930 – 2020)
Guillermina Jiménez Chabolla nació en Salamanca el 16 de agosto de 1930. Actriz y cantante cuya herencia quedó plasmada en la pantalla y en el escenario, pero, también, como matriarca de una estirpe artística que sigue vigente.
Más allá de esa talentosa descendencia, encabezada por su hijo Pepe Aguilar, Flor Silvestre relata en su leyenda una carrera artística envidiable como figura protagónica en la época de oro del cine mexicano, destacando su participación en filmes como el Bolero de Raquel (1957), De tal palo tal astilla (1960) y la nominada al Óscar como mejor película extranjera, Ánimas Trujano (1961), al lado de Toshiro Mifune y dirigida por Ismael Rodríguez.
Flor también es reconocida como una de las intérpretes más trascendentes del regional mexicano y entre sus éxitos destacan temas como Cielo Rojo o Mi destino fue quererte. Una salmantina que representó destacadamente al estado de Guanajuato.
Juan Ibáñez (1938 – 2000)
El 20 de abril de 1938 nació Juan Ignacio Ibáñez Díez-Gutiérrez, director, guionista y dramaturgo guanajuatense constructor de una obra que ha sido influencia y referencia para varias generaciones de artistas; bohemio intelectual que trabajó con personajes inmortales como Carlos Fuentes, Luis Buñuel, Boris Karloff y María Félix.
En la dramaturgia, su trabajo más destacado fue la dirección de la adaptación en México de la célebre obra del español Ramón María del Valle-Inclán, Divinas Palabras; mientras que en el apartado cinematográfico, Los Caifanes (1967) se constituyó como una de las películas más importantes no solo de la fructífera década de los 60, sino en la historia del cine nacional.
Una cinta que creó junto con Carlos Fuentes y en la que reunió, de manera literal y conceptual, el mundo bohemio con las destellantes luces del popular glamur de la Ciudad de México como Óscar Chávez, Julissa, Enrique Álvarez Félix, Carlos Monsiváis y Ernesto Gómez Cruz.
Además, Ibáñez dirigió a figuras como Boris Karloff ─en varias producciones─ y a María Félix en su última película, La Generala (1971).
María Grever (1885 – 1951)
La leonesa María Joaquina de la Portilla Torres, probablemente el personaje más reconocido de esta lista, fue una prolífica artista, alumna de Claude Debussy y Franz Lehár, y la primera compositora mexicana en lograr un reconocimiento significativo a nivel mundial.
María Grever deconstruyó paradigmas en el ámbito musical, ya que durante las primeras décadas del siglo XX era difícil, por no decir imposible, que una mujer creara temas que fueran presentados en conciertos o películas internacionales y que, además, gozaran de reconocimiento y aplauso; todo esto lo logró la compositora leonesa.
Entre esos éxitos destacan temas como Júrame; Te quiero, dijiste; Cuando me vaya y Tipitin, que siguen vigentes y presentes en el catálogo musical de la tradición mexicana.
Efrén Hernández (1904 – 1958)
Célebre leonés que encontró su merecido reconocimiento póstumamente. Efrén Hernández fue un autor ajeno a su época, alejado de las tendencias francesas o de la corriente posrevolucionaria; eligió el monólogo, la introspección, poemas y cuentos sumidos en cavilaciones.
Como editor, impulsó la carrera de autores como Juan Rulfo, Jaime Sabines y Rosario Castellanos; necio y apasionado a la literatura, también incursionó en la dramaturgia y en el guion cinematográfico.
Murió con tan solo 53 años de edad, sumido en la enfermedad y la pobreza. Un autor imprescindible para la literatura mexicana cuya obra, encabezada por Tachas (1928), quedó incompleta de manera fatal.
Emma Godoy (1918 – 1989)
Apropiado en una biblioteca o en una primaria, el nombre de Emma Godoy resuena en el imaginario guanajuatense; maestra y figura fundamental en el quehacer docente y de divulgación filosófica y literaria en la historia de México.
Promotora incansable de los derechos de los adultos mayores, fundó la Asociación Dignificación de la Vejez (DIVE) en 1973; este trabajo comprometido con los ancianos estuvo acompañado de un discurso constante cuya influencia logró, entre otras cosas, que el gobierno federal fundara el Instituto Nacional de la Senectud (INSEN) en 1979, hoy Instituto Nacional de las Personas Mayores (INAPAM).
Además del activismo por la tercera edad, también fue una prolífica escritora. Murió a los 71 años y desde 2006 sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres en la Ciudad de México.
Juventino Rosas (1868 – 1894)
Juventino Rosas nació en 1868 en Santa Cruz, Guanajuato, municipio que hoy lleva su nombre. Fue un artista que bordó su nombre con letras doradas en la historia de la música, en parte, gracias a Sobre las olas, uno de los valses más conocidos a nivel mundial.
Desde muy joven destacó como compositor e incluso fue uno de los músicos favoritos de la esposa de Porfirio Díaz, quien continuamente lo contrataba para tocar frente a la alta sociedad mexicana de la época.
Su vida fue fugaz y trágica, demostrando el talento de un genio frente a una vida convulsa, vida que ha sido llevada al cine en dos ocasiones: en 1933 por Miguel Zacarías y en 1950 por Ismael Rodríguez, donde fue interpretado por Pedro Infante.
Juventino Rosas falleció a los 26 años debido a una mielitis espinal, dejando un futuro prometedor en la música y un legado inmortal.
Así, estos son solo algunos de los hombres y mujeres que han puesto muy en alto el nombre de nuestro estado; sin embargo, la historia guanajuatense está llena de muchos más personajes que con orgullo la representaron y que continúan haciéndolo, porque esta tierra sigue cosechando talentos impresionantes que ponen a Guanajuato como una tierra de arte.