¿Crees en las personas adelantadas a su época que describen lo que sucederá para bien o los problemas que aquejarán a la humanidad?
En esta edición, te platicamos de una de estas personas: Franz Kafka, escritor checo nacido en 1883 quien, aunque vivió en un mundo lejano a nosotros, a través de sus obras retrata a protagonistas que viven situaciones —absurdas o no— actuales; anticipando problemáticas como la angustia existencial, la burocracia y la condición humana en la sociedad moderna.
A pesar de que su obra data de hace más de 100 años, sigue siendo relevante e incluso autores tan reconocidos como Gabriel García Márquez y Jorge Luis Borges han admitido la influencia de sus escritos en sus respectivas trayectorias; mientras que para el escritor y periodista español Juan José Millás:
En sus novelas siempre hay una mirada empática, socialmente hablando. Busca
personajes marginales, periféricos, socialmente afectados (…); escribe a partir del
conflicto y cuanta más gente se identifique con ese conflicto, más transitiva es la
novela.
La temática de la alienación y la incomunicación que Kafka aborda en sus escritos resuena fuertemente en la sociedad actual donde la tecnología y la hiperconectividad pueden provocar una sensación de aislamiento y despersonalización. Sus personajes solitarios y enfrentados a sistemas burocráticos y opresivos siguen siendo representativos de la
experiencia humana en la era moderna.
Asimismo, sus relatos, en los que los personajes se enfrentan a situaciones absurdas y desconcertantes, son una metáfora de la condición existencial del ser humano y de nuestra lucha por encontrar sentido en un mundo caótico y desconcertante; por lo que más de un lector o lectora fácilmente se podría identificar.
Una de las obras más emblemáticas de Kafka es La Metamorfosis: un día, Gregorio Samsa despierta y se da cuenta que se transformó en un insecto, a partir de ahí nos narra el impacto que este acontecimiento tendrá no sólo en su vida, sino en la de su familia y la sociedad.
Esta novela cobra relevancia en nuestro tiempo por abordar el tema de la exploración de la soledad, así como por la manera en que plantea la deshumanización del individuo en la sociedad. Un tema bastante drástico que puede pasar a más de una persona.
Otra obra importante de Kafka es El Proceso, donde cuenta la historia de Josef K., un hombre que es arrestado sin saber por qué ni qué delito cometió, aun así, queda inmerso en un proceso legal del que no será fácil salir.
La historia pone en evidencia los procesos burocráticos y plasma el tema de la existencia humana que se encuentra bajo el control de unas leyes que deben ser acatadas per se.
Nada más cercano a nuestra realidad, basta con recordar el documental Presunto culpable en el que se exponen las irregularidades del sistema penal donde hay pruebas físicas que no se toman en cuenta, expedientes que se arman como el juez lo dicta o, como en este caso, un hombre elegido al azar, acusado y sentenciado por un crimen que no cometió.
¿Cuántas veces las interpretaciones de la información que nos llega nos aleja cada vez más de nuestro objetivo? Este es uno de los temas que nuestro autor abordó en El Castillo, donde el personaje principal, K, intenta llegar al castillo para realizar su trabajo, sin embargo, tendrá que enfrentarse a una comunidad cerrada y funcionarios que lo excluyen.
En la actualidad hemos vivido en una alienación social que nos desconecta, lo que parece absurdo, pues se entendería que la tecnología y redes sociales nos acercarían más, pero, en sí, solo crean una falsa sensación de conexión y nos adentran en un laberinto de incomunicación.
Estos temas reflejan la sensación de impotencia y desesperación que Kafka ya
experimentaba en su vida personal y social.
Kafka expresa en imágenes exteriores, y con los máximos detalles de un realismo
que resulta fantástico por su propia, una realidad interior subjetiva cuya fuerza
avasalla y se impone a la composición del mundo exterior tal como es percibido por
el mero uso de los sentidos.
Y es que, además, vivimos en una sociedad que impone y presiona para ser productivo —lo que sea que signifique— y así ser aceptados, pero este estilo de vida puede derivar en falta de comunicación y conflictos con y a partir del sistema, lo que puede desencadenar problemas emocionales y de salud mental, tales como la ansiedad.
Sobre Kafka, hay quienes consideran que logró descifrar lo absurdo del siglo XXI ya que “prefiguró las pesadillas del siglo pasado, pero también las de éste”, de acuerdo con Marta Rebón, escritora y traductora española.
Su crítica a la sociedad moderna, la deshumanización, la incomunicación, la violencia, la culpabilidad, lo absurdo y la alienación son temas recurrentes en las obras de Kafka, lo que podría llevar a cuestionarnos si como sociedad hemos evolucionado o permanecemos bajo la sombra de los mismos problemas sociales.
Lo seguro es que todos estos temas, su estilo, su visión del mundo y su manera de describir experiencias humanas de una manera universal siguen siendo tan relevantes y provocativos, haciendo que su obra siga siendo una fuente inagotable de inspiración y reflexión para generaciones futuras.