Alrededor del 30 por ciento de la población sufre de insomnio, siendo afectados principalmente los adultos mayores, las mujeres y personas con enfermedades psiquiátricas; aunque ha sido un padecimiento constante en la historia del ser humano, los estudios más recientes sobre el sueño y, por ende, su contraparte, el insomnio, han ayudado a una mejor comprensión de los mismos.
De acuerdo con un estudio publicado en 2016 por la Comisión de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias de la Comunidad de Madrid, el insomnio puede tener varios significados, desde una simple queja subjetiva por la cantidad o calidad del sueño, un síntoma, un síndrome y hasta un trastorno del sueño.
Para comprender esto de mejor manera, puede ser el pasar una mala noche, presentarse derivado de una enfermedad (como la ansiedad) o ser un padecimiento crónico.
De igual forma, este estudio revela que el insomnio puede clasificarse en tres tipos:
Trastorno del tipo insomnio crónico
Éste se caracteriza por presentar dificultades en el sueño al menos tres veces por semana y por más de tres meses. Puede ocurrir de manera aislada o como condición de una alteración mental, enfermedad o uso de sustancias; también consiste en la dificultad para conciliar el sueño de forma inicial, despertar varias veces durante las noches y permanecer así por al menos 20 minutos, e incluso levantarse por lo menos media hora antes de lo programado.
Trastorno del tipo de insomnio de corta duración
Este tipo de trastorno se caracteriza por la dificultad para comenzar a dormir o mantenerse así durante toda la noche. Aparece por periodos menores a tres meses, puede ser de manera aislada o con condiciones comórbidas como alteraciones mentales, enfermedades o uso de ciertas sustancias.
“En algunos casos hay una causa identificable que puede actuar como causa precipitante y en otros casos ocurre episódicamente coincidiendo con factores precipitantes relacionados con acontecimientos vitales”1, tales como una ruptura amorosa o una enfermedad grave.
Otros tipos de insomnio
Aquí podemos encontrar síntomas para conciliar y mantener el sueño que no se apegan a los criterios crónicos y de corta duración, por lo que normalmente se usa como diagnóstico provisional.
Asimismo, la Clínica de la Universidad de Navarra menciona que existen diversas causas por las que una persona puede desarrollar insomnio. Entre las más frecuentes se encuentran las condiciones ambientales, trastornos del individuo (de origen psiquiátrico, psicológico u orgánica), enfermedades físicas y consumo de estimulantes (desde sustancias ilícitas hasta cafeína o chocolate); dependiendo de esto, el insomnio puede ser pasajero o tratarse ya de un trastorno del sueño.
“Las causas más frecuentes de insomnio son las alteraciones emocionales de carácter reactivo y las enfermedades psiquiátricas (...) Situaciones que se acompañan de intensa ansiedad, preocupación, tensión psíquica, angustia, miedo o tristeza. Estos insomnios tienden a cronificarse.
En segundo lugar están aquellas enfermedades o molestias de origen físico que no le permiten la relajación previa al sueño o le despierta varias veces durante la noche: enfermedades que producen dolores, fiebre, sensaciones físicas como las parestesias, picores, hormigueos, etc.”.2
Finalmente, en tercer lugar se encuentran los estimulantes previamente mencionados que pueden dificultar la conciliación del sueño si se consumen por la tarde-noche.
El insomnio puede convertirse en una afección crónica si no se trata a tiempo, por ello se recomienda consultar a los especialistas al comenzar a notar alguno de estos síntomas, principalmente en la ‘regla 3’, dificultad para dormir al menos tres veces a la semana por un periodo de al menos tres meses.
Cabe destacar que, de acuerdo con la Clínica de la Universidad de Navarra, el periodo de sueño regular es de dieciocho horas para un recién nacido, de siete a ocho horas para un adulto joven y de seis horas y media para los adultos mayores.
Si bien el insomnio puede llegar de manera inesperada y derivar en la falta de concentración o memoria, entre otros; se puede disminuir el riesgo de padecerlo manteniendo una buena higiene del sueño.
Referencias.
1 Varios autores. (2016). De la práctica centrada en la enfermedad a la atención centrada en las personas. Pautas de acción y seguimiento. Insomnio. Abril 2022, de Comisión de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias de la Comunidad de Madrid Sitio web: https://www.ses.org.es/docs/gu...
2 Dr. Asier Gómez Ibáñez. (2022). Insomnio. Abril, 2022, de Clínica Universidad de Naavarra Sitio web: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/insomnio