Olga y David abrieron en 2014 Catalonia Cómics, una librería dedicada al mundo del cómic con especial atención en la novela gráfica; platicamos con David sobre este formato cuyas bondades y virtudes le ha dado un empuje a la popularidad del noveno arte.
A finales de los 70, el cómic (superhéroes, comedia, aventuras) ya gozaba de gran popularidad mundial, eso permitió que algunos autores e ilustradores explorarán otros temas, convirtieran sus dilemas en asuntos más complejos, incluyeron la moral, la filosofía, la política, la cotidianidad. El entretenimiento a costa de las risas y la acción transmutó a ambientes de terror, de drama, de suspenso y tragedia; las historias se volvieron adultas y para poder desarrollar esas narrativas tuvieron que extender sus páginas y ser autoconclusivos. La novela gráfica se convirtió en un género que diversificó, consolidó y maduró el mundo del cómic.
Las historietas de entregas semanales o mensuales se convirtieron en narraciones que concluían en un solo volumen, un formato que atrapó a un nuevo público. Ya no era necesario estar al pendiente de las entregas periódicas, además de que las lecturas de largo aliento permitían espacios más extensos de apreciación y reflexión.
Un público que además encontraba temas que iban más allá del entretenimiento; estas historias provocaban en el lector esas sensaciones que el arte es capaz: angustia, incertidumbre, deseo, terror, asombro; las posibilidades se volvieron infinitas y esa fusión entre literatura y arte visual construyeron mundos hipnotizantes.
“No es solo una narración apoyada por dibujos, como se haría en un libro ilustrado, sino que la disposición de estos nos sitúa en el tiempo, el espacio, nos ralentiza o acelera, acerca o aleja; y consigue, mediante la disposición de las secuencias de viñetas, un ritmo y una atmósfera que, convenientemente manejado, van a transportarnos sin darnos cuenta a una aventura gráfica con personajes que sentimos como reales con un lenguaje específico y una gramática propia”, escribe Marta Guerrero en el blog La Plaza de Poe.
Acomodándonos en la actualidad y específicamente en nuestra ciudad, tras la desaparición de Editorial VID, el coleccionista y lector de cómic se quedó sin insumos hasta que Televisa tomó los derechos de distribución de Marvel y DC, y en 2013 llegaron al país editoriales como Panini, Bruguera, Kamite y otras más que, junto a sus títulos de cómic hegemónico, traían también a la novela gráfica.
“El lector que antes sólo tenía la posibilidad de leer cómics de superhéroes se encuentra de golpe y porrazo que hay otro tipo de cómics, cómics más alternativos, cómics que no tienen nada que ver con los superhéroes”, nos comparte David.
Para esas épocas, exactamente en febrero de 2014, llegó a León Catalonia Comics, un espacio no solo de venta, sino que también recomienda, difunde y promueve autores, títulos y en general al universo de la novela gráfica.
“Nosotros nos tomamos total y profesionalmente este trabajo de la librería, entonces pues para eso estamos, para ofrecer ese tipo de información tanto que esté en nuestra mano”, explica David en cuanto al oficio de librero.
Mientras el público en México crecía, las editoriales decidieron traer más títulos y así es que llegaron a nuestra ciudad las obras de Neil Gaiman, de Alan Moore o de Will Eisner, pudimos leer clásicos como Maus, Persépolis o El Eternauta.
Al llegar Catalonia a León, David se dio cuenta que ya existía un nicho de lectores de novela gráfica, que aunque permanecía oculto, apareció en cuanto se expusieron los primeros títulos. Un público que buscaba y pedía nuevas historias.
“En todas estas grandes ciudades como León o Guadalajara, siempre hay un nicho de público, lo importante es qué tan fácil o difícil lo tenga ese público para conseguir este tipo de productos. A veces pongo mi caso como ejemplo: cuando llego aquí a León, pues obviamente busco novela gráfica, no encuentro novela gráfica y la poca que encuentro a lo mejor es en inglés y a mí no me apetece leerla en inglés, entonces pues de ahí también surge un poco la idea de crear Catalonia Comics”, nos relata David.
Una de las diferencias principales entre la novela gráfica y el cómic es la maduración de la obra; el autor o ilustrador de cómic o de historieta tradicional trabaja contra reloj, la siguiente entrega apura a la próxima, mientras que en la novela, la historia se cuece lento, se revisa, se corrige, permitiendo que tanto el texto como la gráfica estén pulidos y en consecuencia el impacto de la narración es más contundente, como es el caso de la ya citada Maus, primer y única novela gráfica en ganar el Pulitzer.
“Son dos o tres años que el equipo creativo se toma sus tiempos, pule mucho los guiones, te da tiempo a rectificar artísticamente las viñetas. De Blacksat cada una es, en sí, una obra de arte, pero ¿por qué?, porque el autor ha tenido suficiente tiempo o la editorial le ha dado suficiente tiempo como para que ellos creen su obra y cuando crean ellos que está terminada la puedan lanzar al mercado”, comenta David sobre esta virtud de tiempo que tiene la novela.
Y aunque hoy en día la noble gráfica vive buenos tiempos, en México vivimos un poco atrasados; existen muy pocos títulos relevantes: Operación Bolívar, El Complot Mongol, o de origen Leonés, La caída de Tenochtitlán de José Luis Pescador, por citar algunos. Pero aún no hay una intención visible por arriesgarse y apostar por este formato literario.
Para David, este género puede crecer a nivel nacional desde una perspectiva formativa, ya sea a través de los maestros o los padres, involucrar a las y los niños al mundo de la literatura a través de la novela gráfica, porque aunque cuando comenzó sus temáticas eran para un público adulto, hoy en día existen historias para todo público.
Referencia
Guerrero M. (2021, 13 de noviembre). ¿Qué es la novela gráfica? La Plaza de Poe.
https://laplazadepoeblog.com/2021/11/13/que-es-la-novela-grafica/