Las manifestaciones culturales nos rodean en cada momento, en cada día. La forma en que una comunidad se mimetiza hasta hacer de ciertas actividades una costumbre o tradición, eso es parte de la cultura e identidad de una zona; contribuir a que estas acciones construyan un ambiente sano y de convivencia, una labor en la que se tiene que trabajar constantemente.
Ese es justo uno de los objetivos principales de Violeta como integrante de la Comunidad Cultural de Villas de San Juan, perteneciente a Territorios Culturales del Instituto Cultural de León. Fue su vecina Ceci Gómez quien la invitó a ser parte de este programa que, menciona, ha cambiado su perspectiva de vida.
“Me comentó (Ceci Gómez) que había un proyecto del Instituto Cultural en el que teníamos que hacer gestiones para traer eventos a la colonia, que nos reuniríamos una vez por semana con la gestora, en aquel entonces era Edith”, platica Violeta.
Desde entonces no ha parado en la realización de eventos como las Verbenas Culturales y las funciones al aire libre de Cine en tu Plaza, ya sea organizando qué elemento pondrá cada quién o preparando las actividades que se llevarán a cabo.
“Nos dedicamos a buscar el mobiliario que se vaya a ocupar (...) si se va a hacer una verbena o algo en alguna área y la vemos que está muy sucia, el día del evento en la mañana vamos y la limpiamos”.
De igual forma, destaca la importancia del trabajo en equipo de quienes integran la comunidad (actualmente cuatro personas), porque uno es esencial y todas y todos trabajan para dar seguimiento a las actividades además de reunirse los miércoles a las 10:00 de la mañana para compartir su día a día, sus problemas y comenzar a organizar los próximos eventos, pues de acuerdo con Violeta, cada verbena puede llevar hasta seis meses de preparación, desde la selección de las fechas, decidir qué dependencias les gustaría que llevaran actividades, preparar el espacio, convocar a las y los vecinos, etc.
Eso sí, una vez que ve que el evento es una realidad y que tanto adultos como infancias disfrutan de la convivencia, tiene una sensación de logro que la alienta a seguir trabajando para su colonia.
“Yo me siento a gusto y contenta porque estamos haciendo algo diferente para la colonia, no solamente para nosotras ni para mis hijos, no, es para toda la comunidad, toda la colonia, y pienso que el ratito que está la gente ahí también se olvidan de muchas cosas (...) Me gusta ver (cómo se desarrolla la actividad) o escuchar los comentarios que la gente va diciendo del evento”, comparte.
Incluso menciona que, en ocasiones, al terminar la verbena o la proyección de la película, hay quienes se acercan a preguntarle cuándo será la próxima, y éste es sin duda un parámetro del valor que tiene su trabajo en Villas de San Juan y de cómo está contribuyendo a una convivencia vecinal que fomenta una cercanía con el otro, empatía, colaboración y más.
“Yo creo que el motivo por el que seguimos aquí es porque nos gusta lo que se hace, nos gusta ver a la gente contenta con los eventos que se traen (Además) aprendemos también a hacer cosas diferentes, a conocer gente que a lo mejor nunca nos imaginamos que íbamos a conocer”, menciona.
Pero no todo ha sido fácil, pues en ocasiones van cambiando las y los integrantes o se van sumando retos que tiene que sortear e incluso hacer ajustes en su rutina para aprovechar el tiempo al máximo en las diversas labores que realiza.
Además, Violeta puntualiza la labor de las y los gestores de Territorios Culturales, quienes fungen como facilitadores y guías en la labor autogestiva que llevan a cabo, ya que son ellas y ellos quienes le van dando las herramientas que la encaminan a una mayor especialización en la autogestión cultural, siendo una de ellas la Guía de Gestión Cultural Comunitaria o el Primer Encuentro de Comunidades Culturales.
“Ahora sí que han estado al pie del cañón con nosotros (las y los gestores), son las que también a veces nos jalaban porque a veces también era más de «oye, es que ya nos vamos a salir» y así de «no, pero ¿cómo?» y siempre nos acaban convenciendo”.
Eso sí, si hay algo que tiene muy claro es que la labor que realiza como gestora y agente social en Villas de San Juan, es que lo disfruta y que ve cómo ha permeado, además de en sus vecinos, en sus hijos y ésta, comenta, es una de sus más grandes satisfacciones.
“A la par de que andamos nosotros en esto, nuestros hijos se acercan también; por ejemplo, está aquí el coro y la danza y mis hijos están en los dos proyectos. Cuando se hace la verbena, se presentan con su bailable o cantando en el coro”, comparte.
Por ello, pese a que sabe es todo un reto, no duda en seguir trabajando y gestionando por y para su colonia y, aunque aún no se realizan eventos cada mes, como a ella le gustaría, está segura que como grupo, la comunidad tiene la capacidad de seguir generando actividades en Villas de San Juan que beneficien a las y los vecinos; a las familias, las infancias y juventudes; que la labor que realiza siga teniendo impacto en su entorno.
“El ratito que nos reunimos aquí, como que se nos reinicia la vida”.