La incomunicación o la comunicación superflua entre los seres humanos parece ser una de las problemáticas sociales que más afectan en la cotidianeidad en tiempos recientes, por lo que no es raro ver que este hecho sea una de las temáticas constantemente abordadas en el teatro actual.
“Siempre el teatro va a responder a cosas tanto inmediatas como cosas que parecieran no inmediatas pero que también dicen algo y uno de los temas que puedo decir es la incomunicación”, dijo en entrevista Mario Eduardo D’León Cortés, actor y productor de la compañía mexicana de teatro Los Colochos.
Esta falta de entendimiento entre personas provoca en algunas ocasiones el distanciamiento entre semejantes al no reconocerse como tal, y en otras, consecuencias mucho más graves, como las que presenta en escena Nacahue: Ramón y Hortensia.
“Romeo y Julieta habla de dos familias que se odian, en este caso no son dos familias que se odian, son dos comunidades indígenas que son distintas y que no se entienden, que tienen una lengua distinta, que tienen pensamientos distintos, que tienen expresiones y rituales distintos y ellos no se matan por odio, se matan por miedo porque no se entienden”.
En esta versión de una de las obras más famosas del dramaturgo inglés William Shakespeare, Ramón es cora y Hortensia huichola; él es parte de una comunidad unida y ella huye de la suya, escapando de un matrimonio violento. Al encontrarse, Ramón la trata como un igual y decide proteger a Hortensia, y aunque les es imposible comunicarse con palabras, se enamoran.
Lograr esta conexión emocional entre los personajes y transmitirla al espectador en palabras que probablemente tampoco conozca, no es sencillo, pero Los Colochos lo logran, pues el énfasis estético de esta puesta en escena sin subtítulos está no solo en la lengua indígena, también en el uso del espacio y el trabajo del cuerpo de los actores, como principales ejes expresivos.
Mario Eduardo D’León y Sonia Couoh, son los actores que dan vida a los protagonistas, y son acompañados en escenario por Marco Vidal, Erandeni Durán, Ulises Martínez y Yadira Pérez.
Otro de los detalles a destacar de esta obra dirigida por el también dramaturgo Juan Carrillo, es el dispositivo escénico de Auda Caraza que está diseñado a partir de los tejidos huicholes y que a lo largo de la obra va tejiendo la escenografía. Además, la musicalización y diseño sonoro se basan en piezas originales de las comunidades indígenas representadas.
Nacahue: Ramón y Hortensia fue estrenada en España en 2017 como parte del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, además se ha presentado en encuentros artísticos y culturales mexicanos como el Festival de Teatro de Nuevo León, la Muestra Nacional de Teatro y hará lo propio en León el próximo 26 de noviembre en el Teatro María Grever, como parte del 24 FIACmx.
Esta puesta en escena es parte de la pentalogía de obras shakesperianas que Los Colochos pretenden traer a contextos mexicanos y que se integra por: Mendoza, basada en La tragedia de Macbeth; Reina que será una versión de El Rey Lear; Silencio se desarrollará a partir de La tragedia de Otelo, el moro de Venecia; y Tito Andrónico será la inspiración para el cierre de este proyecto.
Desde hace varios años, según explicó Mario Eduardo D’León para Alternativas, todo el equipo de Los Colochos busca una comunicación mucho más directa y horizontal donde el espectador sea más que eso y se involucre de manera activa.
Para ello, sus puestas en escena se desarrollan bajo el método alternativo de creación conocido como Salas de Urgencia, creada por Luis Ayhllón y Alfonso Cárcamo en 2007, donde el trabajo de dramaturgia, las mesas de lectura, los ensayos son abiertos al público para conocer sus reacciones.
De esta manera, se aseguran que, al llegar el momento del estreno y las presentaciones, el espectador entenderá y conectará con la puesta en escena, incluso en montajes como Nacahue: Ramón y Hortensia, en el que el idioma pudiera pensarse como una barrera.
Dices palabras que no conozco pero es en tus ojos que encuentro entendimiento.
Entonces ¡Qué importa! Sigue hablando, sigue hablando...