Aún eres la imagen repetida
en la carencia de recuerdos.
Cuantas sombras se formaron en mis muros,
tal cual paño en mi ventana
embalando soledades.
Cuan arrugadas son las horas en mi espacio,
eternas y manchadas.
Tantas calumnias en el hilo,
hueco cargado de lesiones,
semejantes vociferos y adioses
colgados en una noche separada.
Llama que siempre fuiste,
hoguera que de a poco se apagaba.
Aún anduviste en el intento,
esa promesa ahí situada.
Cuántas veces vi caer esa llovizna,
esa imborrable mueca triste.
Ruinas hice la esperanza,
causales de aquel alejo.
¿En qué lugares calmaré la tristeza
que permanente y despiadada yace en mis reflejos?
¿A dónde acudirá mi sombra, desde que te fuiste?